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martes, 17 de octubre de 2017

Hemorragia Subaracnoidea Traumática

Ministerio del Poder Popular Para La Salud
Servicio Autónomo Hospital Central de Maracay
Servicio de Neurocirugía






Hemorragia Subaracnoidea Traumática


Facilitador:
Dra. Yelitza Rengifo

Sasha Antúnez CI: 19.110.489
Residente de 4to año
Neujan González CI: 19.790.545
Residente de 3er año
·         Sasha J. Antúnez G. CI: 19.110.489
Médica Cirujana egresada de la Universidad de Carabobo sede Aragua.
Residente de post grado de Neurocirugía de 3er año del S.A. Hospital Central de Maracay.

·         Neujan J. González P. CI: 19.790.545
Médico cirujano egresado de la Universidad de Carabobo sede Aragua.
Diplomado de salud ocupacional IAES Dr. Arnoldo Gabaldon.
Diplomado en Psiconeuroinmunología Clínica.
Residente de post grado de Neurocirugía de 2do año del S.A. Hospital Central de Maracay.








Abreviaturas:
HSA: Hemorragia subaracnoidea.
TEC: Traumatismo encefalocraneal.
Resumen
     La hemorragia subaracnoidea se define como la presencia de sangre en el espacio subaracnoideo, es el hallazgo imagenológico más común en pacientes con traumatismo encefalocraneal, independientemente de la escala de Glasgow. A nivel mundial, las causas más estudiadas de hemorragia subaracnoidea  (HSA) son las espontaneas y los mecanismos fisiopatológicos que ocurren posterior a la HSA postraumática aún se desconocen y es controversial su diagnóstico y tratamiento. Su diagnóstico se realiza mediante tomografía de cráneo simple, generalmente indicada al ingreso en el área de emergencia. Su curso es benigno cuando se encuentra de forma aislada en pacientes con traumatismo leve y la presencia de la misma en pacientes con traumatismos moderado o severo empeora el pronóstico, la mortalidad relacionada directamente por la presencia de HSA se explica más por la severidad del mecanismo del trauma, así como la edad avanzada. Actualmente, los avances tecnológicos en estudios de imagen, permiten diagnosticar mejor la HSA incluso de escasa cuantía, la escala de Fisher Modificada es una herramienta que predice de forma más adecuada el vasoespasmo clínico. Dentro de las opciones terapéuticas, el uso de medicamentos como nimodipina mejora el pronóstico. En el estudio de pacientes con TEC, la escala de Marshall es una herramienta usada para determinar pronóstico en base a los hallazgos imegenológicos, pero tiene como desventaja no incluir la presencia de hemorragia subaracnoidea como variable. La creación de una escala que incluya aspectos Imegenológicos y clínicos, facilitaría la toma de decisiones por parte del médico y permitiría la determinación del pronóstico.


Introducción
Hemorragia Subaracnoidea Traumática
     Se define como la presencia de sangre de manera anormal entre la aracnoides y la piamadre, en este caso, el espacio Subaracnoideo se considera como un espacio real1, 2.
     Actualmente, la principal causa de esta patología son los traumatismos encefalocraneal, a nivel mundial, en menor frecuencia se encuentran las causas espontaneas, rupturas de aneurismas, malformaciones arterio-venosas, extensiones de hematomas intraparenquimatosos, hemorragias tumorales, disección de vasos sanguíneos cerebrales. Es una patología que presenta una mortalidad de 50% aproximadamente1.
     A nivel mundial, las causas más estudiadas de hemorragia subaracnoidea  (HSA) son las espontaneas y dentro de ellas los aneurismas rotos, sin embargo, como se ha dicho anteriormente, la causa más frecuente actual es la traumática, los mecanismos fisiopatológicos que ocurren posterior a la HSA postraumática aún se desconocen y es controversial su diagnóstico y tratamiento, por lo que sus repercusiones en los pacientes no están definidas.
     Desde el punto de vista Imegenológico, el principal estudio para el diagnóstico de HSA es la tomografía de cráneo simple, la gran mayoría de los pacientes (60%), que presentan traumatismo encefalocraneal (TEC) se evidencia HSA, sin embargo en muchas ocasiones no se observa con precisión debido a las múltiples lesiones que pueden coexistir3,4.
     La intención del siguiente escrito es revisar la utilidad de las herramientas médicas en el pronóstico de pacientes con hemorragia subaracnoidea asociada a traumatismo encefalocraneal.

Desarrollo
     En estudios multicéntricos, realizados a pacientes politraumatizados concluyen que 61% de los pacientes que  presentan traumatismo encefalocraneal, se evidencia HSA como agravante de pronóstico, asociado a lesiones más severas vistas con estudios de neuroimagen tipo tomografía, a su vez, dicen que la presencia de HSA en pacientes con TEC es muy frecuente y no se logra diagnosticar en todos los casos, así como dificultades en la gradación de la misma5.
     Otros estudios realizados a pacientes con TEC moderado – severo, encuentran que alto porcentaje presenta HSA postraumática, visto en estudios tomográficos de ingreso, y asocian dicho hallazgo con mal pronóstico, evidenciándose que solo el 15% de los pacientes que presentaron HSA, lograron la buena recuperación. La mortalidad relacionada directamente por la presencia de HSA se explica más por la severidad del mecanismo del trauma inicial que por las complicaciones subyacentes a la misma6.
     La presencia de HSA en pacientes con Glasgow alto (13-15), corresponde con hallazgo poco severo y la mayoría de estos pacientes no requiere terapéutica medica agresiva endovascular o intervención quirúrgica. Más de la mitad de los casos estudiados que no presentaron lesiones adicionales, fueron dados de alta, incluyendo pacientes con Glasgow 3-8. Menos del 1% de los pacientes estudiados, fue sometido a tratamiento invasivo. La mortalidad registrada correspondió a pacientes de edad avanzada7.
     Actualmente, los avances tecnológicos en estudios de neuroimagen, permiten diagnosticar mejor, y con más precisión, la HSA incluso de escasa cuantía, por ahora, se logra la gradación mediante el uso de escalas como Fisher y Fisher modificada, los pacientes con HSA de bajo grado, según estas escalas, presentan mejor evolución y menos complicaciones, pudiendo egresar por mejoría clínica. Esto sugiere, que dichos pacientes pueden no requerir monitoreo estricto, ingreso en unidad de cuidados intensivos y estancia hospitalaria prolongada 8.
     La escala de Fisher es una escala Imagenológica que se utiliza para predecir Vasoespasmo sintomático posterior a una HSA, sin embargo una de sus debilidades, es la manera como la hemorragia intraventricular e Intraparenquimatosa son manejadas, ya que se presta a confusión cuando los pacientes presentan alguna de las dos en adición a HSA gruesa, es por ello que, en 2006 se crea la escala de Fisher Modificada, la cual es capaz de predecir de forma más adecuada el Vasoespasmo clínico, siendo una herramienta de mayor utilidad9.
     El riesgo de vasoespasmo en paciente con TEC es significativo, con rangos que van de 20 a 35% en TEC moderado a severo, algunos análisis indican que el uso de los calcio antagonistas de manera profiláctica, podrían mejorar el pronóstico, pero se observaron efectos adversos, esto indica que aún se debe estudiar el periodo óptimo de tiempo del tratamiento y los grupos pacientes que deban recibirlo.
     Se realiza estudios en numerosos hospitales alemanes, sobre el uso de Nimodipina versus el uso de placebo en pacientes con HSA donde los criterios de inclusión fueron que cumplieran con 16 a 70 años de edad y no más de doce horas después del traumatismo al momento del ingreso, se dividen los pacientes en dos grupos (los que recibieron nimodipina y los que recibieron el placebo), tratados durante tres semanas, evidenciándose pronóstico menos desfavorable a largo plazo en pacientes quienes si recibieron el medicamento en comparación con el grupo que recibieron placebo10.
     Se realiza un estudio retrospectivo en pacientes con TEC severo en base a la escala de Marshall, que valora las variables imagenológicas según los hallazgos tomográficos, y clasificándolos en dos grupos, lesión difusa y localizada, se comparan estos pacientes según la presencia o no de HSA, se concluye que el pronóstico resulta peor en presencia de HSA en ambos grupos, es decir que la HSA tiene un efecto importante en la gravedad de los TEC, por lo que en la escala de Marshall se debería incluir como una variable pronostica11.
     No hay un régimen de tratamiento aprobado, dirigido específicamente a disminuir los efectos negativos de la HSA, los efectos de los calcio antagonistas son útil en un incremento modesto en el pronóstico favorable en pacientes con HSA traumática11.













Conclusiones

     La presencia de HSA en pacientes con traumatismo encefalocraneal, independientemente del estado de conciencia y mecanismo del trauma, ocurre en más de la mitad de los casos.
     El diagnóstico de la hemorragia subaracnoidea postraumática es netamente Imegenológico, ya que la clínica se encuentra solapada por la clínica del TEC.
     La HSA como hallazgo aislado en pacientes con buen estado de conciencia o alteración mínima de la misma, la tendencia es a un curso favorable. En la presencia de TEC moderado y severo con la presencia de lesiones intracraneales asociadas a HSA empeora el pronóstico. 
     El uso de medicamentos calcio antagonistas como la nimodipina influye de manera positiva en el pronóstico de los pacientes.
     A pesar de las actualizaciones de escalas conocidas, no existe una clasificación imagenológica que permita el estudio de las HSA postraumáticas, y su correlación con la terapéutica y el pronóstico de la misma.
     En el estudio de los traumatismos encefalocraneales, la escala de Marshall es una herramienta ampliamente usada para determinar pronóstico en base a los hallazgos imegenológicos, sin embargo tiene como desventaja no incluir la presencia de hemorragia subaracnoidea como variable.
     Con fin de diagnóstico y manejo, la creación de una escala que incluya aspectos Imegenológicos y clínicos, facilitaría la toma de decisiones por parte del médico y permitiría la determinación del pronóstico de los pacientes.

Referencias bibliográficas
1.    Hlavnicka, A.  Díaz, M.  Aspectos generales de la hemorragia Subaracnoidea. En Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, Comité de Neurointensivismo, Neurointensivismo: Enfoque clínico, diagnóstico y terapéutica, 1ª ed.  Buenos Aires, Argentina: Médica Panamericana, 2015; p. 323-342.

2.    Rodríguez P.  Rodríguez D.  Hemorragia subaracnoidea: epidemiología, etiología, fisiopatología y diagnóstico,  en revista cubana de neurología y neurocirugía, 2013, 1, pag 59 – 73

3.    Huilca J.  Betancourt R.  Factores de mal pronóstico en pacientes con hemorragia subaracnoidea espontánea atendidos en el Hospital Universitario “Manuel Ascunce Domenéch” en revista cubana de neurología y neurocirugía, 2016; 6(1): pag 1–8

4.    Zacharia TT, Nguyen DT: Subtle pathology detection with multidetector row coronal and sagittal CT reformations in acute head trauma. Emerg Radiol 17:97–102, 2013

5.    Servadei F., Murray G., Teasdale G., Dearden M., Iannotti F., Lapierre F., et al.  Traumatic Subarachnoid Hemorrhage: Demography And Clinical Study Of 750 Patients From The European Brain Injury Consortium Survey Of Head Injuries. En Neurosurgery, Vol. 50, Issue 2, February 2012; 261 – 269

6.    Lee J., Segar D., Asaad W., Comprehensive assessment of isolated traumatic subarachnoid hemorrhage.  En Neurotrauma. 2014 Apr 1; 31(7):595-609

7.    Albertine P., Borofsky S., Brown D., Patel S., Lee W., Caputy A.  The Clinical Significance Of Small Subarachnoid Hemorrhages.  En Emergency Radiology, June 2016, Volume 23, Issue 3, pp 207–211

8.    Frontera J., Claassen J., Schmidt J., Wartenberg K., Temes R., Connolly, Jr. E, et al. PREDICTION OF SYMPTOMATIC VASOSPASM AFTER SUBARACHNOID HEMORRHAGE: THE MODIFIED FISHER SCALE. Neurosurgery. 2016; julio; 59, 1: 21-27.

9.    J. Vivancos, F. Gilo, R. Frutos, J. Maestre, A. García-Pastor, F. Quintana, J.M. Roda, A. Ximénez-Carrillo J. Vivancos , F. Gilo, R. Frutos, J. Maestre, A. García-Pastor, F. Quintana, J.M. Roda, A. Ximénez-Carrillo, Guía de actuación clínica en la hemorragia subaracnoidea. Sistemática diagnóstica y tratamiento, Neurología.  El sevier Doyma NRL-418; No. of Pages 18.  2012

10. Wang F., Huang X., Wen L., Gong J., Wang H., Li G., et al.  Prognostic value of the Marshall computed tomography classification for traumatic subarachnoid hemorrhage.  En Asian Biomedicine, Vol. 8, No. 5, October 2014; 609 – 613

11. Wang, Haipeng, Xiaojun Yu, Guohui Xu, Guangtao Xu, Guishan Gao, y Xiaohu Xu. Alcoholism and traumatic subarachnoid hemorrhage: an experimental study on vascular morphology and biomechanics. The Journal of Trauma 70, no. 1 (Enero), 2014





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