Ministerio
del Poder Popular Para La Salud
Servicio Autónomo Hospital
Central de Maracay
Servicio de Neurocirugía
Traumatismo Raquimedular
Monitor: Lino
Álvarez CI: 19.208.005.
Dr. Richard Palma Jose González CI: 18.193.199
Xavier Ferrer CI:
16.644.822.
Agosto, 2017
·
Lino Álvarez
CI: 19.208.005.
Residente de post grado de Neurocirugía de
3er año del S.A. Hospital Central de Maracay.
·
Jose González
CI: 18.193.199
Residente de post grado de Neurocirugía de
3er año del S.A. Hospital Central de Maracay.
·
Xavier Ferrer CI: 16.644.822.
Residente
de post grado de Neurocirugía de 3er año del S.A. Hospital Central de Maracay.
Resumen
El
Trauma raquimedular es una patología que ha experimentado un cambio en su
evolución en los últimos 40 años, basado fundamentalmente en el manejo
pre-hospitalario y por el manejo en la unidad de pacientes críticos. Incluye
todas las lesiones traumáticas que afectan las diferentes estructuras
osteoligamentosas, cartilaginosas, musculares, vasculares, meníngeas,
radiculares y medulares de la columna vertebral a cualquiera de sus niveles.
Entre un 25% y un 60% de los casos se asocian con traumatismos múltiples, fundamentalmente
craneal, torácico, pélvico y de huesos largos, lo que puede dificultar su
diagnóstico temprano, por lo que es esencial un firme diagnóstico de sospecha
para no pasar por alto esta patología.
Habitualmente afecta a personas jóvenes en etapa productiva. Representando
un problema económico para los sistemas de salud dado el alto costo que implica
su tratamiento en la etapa aguda y posterior rehabilitación.
Palabras clave: traumatismo raquimedular, columna, cordón,
metilprednisolona, shock medular.
Introducción
Dentro
de su definición contemplamos todos los traumatismos de las estructuras como
hueso, cartílago, ligamentos, musculo, vasos, nervios, tejidos y el cordón
espinal, usualmente tras este tipo de lesiones suele haber compromiso de la
medula, por tal los efectos secundarios, respecto al compromiso motor y
sensitivo, suelen estar presentes siempre respecto al nivel en donde se haya
dado la lesión.
A
pesar de sus graves consecuencias, puede ser no evaluada en el momento en que un
paciente entra a un servicio de urgencias ya que comúnmente se asocia a
politraumatismos donde lesiones más evidenciables son primeramente tratadas sin
si quiera sospechar el daño medular, por tal manera es de principal importancia
realizar un diagnóstico precoz para evitar agravar el daño cometido y proveer
un tratamiento adecuado.
Aproximadamente
el 50% de la lesiones medulares terminan con pacientes parapléjicos en una
silla de rueda de los cuales menos del 30% llegaran a ser independientes, por
tal razón podemos afirmar que el costo no solo económico, sino personal,
familiar o social en esta clase de lesiones es inmensamente grande.
La
incidencia mundial de lesión del cordón espinal es de 25.5 millones al año, de
los cuales los hombres (82.8%) son más proclives a sufrir este tipo de
lesiones, con una media de edad de 32 años. La sección completa de la médula es
más frecuente con un 56.5%, además la principal complicación asociada son las
ulceras de presión. La incidencia anual en cada país tiene un rango entre 2.1
hasta 130.7 por un millón de personas, aclarando que el número varia de país en
país respecto al desarrollo y la organización de los registros nacionales,
igualmente las principales causas de este traumatismo son las caídas de altura
y los accidentes automovilísticos. La mayoría de pacientes son adultos jóvenes
que se encuentran entre la tercera y quinta década de la vida y la población
masculina se ve más afectada por esta lesión pero en las últimas décadas más y
más mujeres se han visto afectadas debido a los cambios culturales y a su rol
en la sociedad.
Desarrollo
Los
procesos fisiopatológicos involucrados
en el traumatismo raquimedular pueden dividirse en mecanismos de lesión
primaria y secundaria. La lesión primaria es generada por los efectos mecánicos
iniciales de una fuerza compresiva traumática aplicada sobre la médula espinal,
que causa laceración y/ la formación de hematoma intramedular. La fuerza
compresiva típicamente es producida por un material óseo o discal que entra al
canal espinal como consecuencia de una fractura o dislocación vertebral. Como
resultado del evento mecánico inicial más la compresión persistente de la
médula espinal, genera una cascada de mecanismos de lesión secundaria que
exacerba el grado de destrucción tisular.
Los
mecanismos de lesión secundaria se dan desde el mismo momento en que se produce
la lesión primaria, e inician una serie de eventos fisiopatológicos que dependen
del tiempo transcurrido desde el comienzo de la lesión. Así por ejemplo podemos
citar:
Fase
primaria inmediata: corresponde a un tiempo menor a las 2 horas del evento y
abarca las lesionas mecánicas iniciales, alteraciones medulares tipo:
hemorragias de la sustancia gris, desconexión axonal, necrosis hemorrágica,
activación de la microglia con liberación de las citoquinas IL-1B, TNF alfa,
IL-6
Fase
aguda temprana: corresponde a un tiempo menor o igual a las 48 horas, en esta
fase encontramos alteraciones fisiopatológicas tipo: edema citotóxico y vasogénico,
producción de peroxidación lipídica, excito-toxicidad mediada por glutamato,
hemorragias continuas con necrosis, perdida de la permeabilidad de la barrera
hemato-medular, desmielinización temprana, muerte neuronal.
Fase
secundaria sub- aguda: ocurre en 1 tiempo menor o igual a 14 días en esta etapa
se aprecian cambios inherentes a la cicatriz glial, resolución del edema,
reparación de la barrera hemato-medular.
Fase
intermedia: menor o igual a 6 meses, consolidación de la cicatriz astroglial,
formación de quistes, estabilización de la lesión.
Fase
tardía/ Crónica: degeneración walleriana prolongada, persistencia de axones no
lesionados y desmielinizados, inicio de los procesos de plasticidad estructural
y funcional del tejido no lesionado.
Diagnostico
Como
todo paciente traumatizado la exploración debe realizarse con la nemotecnia
ABCDE (Vía aérea e inmovilización, ventilación, circulación, déficit
neurológico y evitar la hipotermia). Una vez estabilizado y manejado las
lesiones que comprometen de forma inmediata la vida del paciente, pasamos al
trauma raquimedular.
La
exploración vertebral debe realizarse, en la valoración secundaria, tras haber
descartado y/o solucionado las lesiones con compromiso vital, con el paciente
en decúbito supino y con el eje cabeza-cuello-tronco-extremidades alineado. Con
una correcta inmovilización podemos retirar el collarín, realizando un
cuidadoso examen cervical (inspección, palpación y exploración de la
movilidad). En caso de detectar dolor o molestias, recolocaremos el collarín.
El examen de la espalda se realiza con un mínimo volteo del paciente,
sincronizado y manteniendo el eje corporal, al menos por tres personas y el
examinador, que dirige la maniobra, y absteniéndonos de realizarla cuando la
lesión es evidente. La exploración neurológica Deberá determinar el nivel
medular dañado y su grado de disfunción, siendo preciso reevaluar
periódicamente dado la alta dinamicidad de este tipo de patología.
El
nivel neurológico de la lesión es el segmento más caudal que se valora como
normal, tanto para la función motora como sensitiva. Tras una valoración previa
del nivel de conciencia sirviéndonos de la Escala de Coma de Glasgow,
exploraremos los pares craneales, las extremidades superiores, tronco,
inferiores y periné. Los pilares básicos de una correcta exploración
neurológica son: Fuerza muscular: La lesión del tracto corticoespinal produce
déficit ipsilateral. Se valora mediante la escala de graduación motora: 0 =
ausencia de contracción, 1 = contracción no efectiva, 2 = movimiento activo sin
vencer la gravedad, 3 = movimiento que vence la gravedad, 4 = movimiento contra
resistencia, 5 = fuerza normal - Reflejos: Los reflejos desaparecen en el shock
medular y tras la reversión de este se produce una fase de recuperación con
hiperreflexia. - El reflejo bulbocavernoso o contracción brusca del esfínter
anal como consecuencia del estímulo generado sobre el pene o la vulva, está
siempre presente aunque exista una lesión medular completa; únicamente
desaparece durante el período de shock medular. La reaparición del reflejo
indica que este ha finalizado y el grado de lesión es prácticamente definitivo,
lo que suele ocurrir en las primeras 48 horas. - Sensibilidad: el haz
espinotalámico lateral transmite la sensibilidad superficial (táctil fina,
dolor y temperatura). Los cordones posteriores transmiten ipsilateralmente la
sensibilidad profunda (táctil profunda, propioceptiva y vibratoria), que
examinaremos con estímulos dolorosos groseros.
El
shock medular se define como la situación neurológica que acontece tras la
lesión de la médula espinal, y se manifiesta por parálisis fláccida, anestesia,
arreflexia y disfunción vegetativa. Esta situación no implica necesariamente
una lesión completa, así como de forma contraria, la presencia de actividad
refleja en los primeros momentos tras el traumatismo, no descarta en absoluto
que la lesión sea completa
Tratamiento
Es
imprescindible una adecuada ventilación aportando sangre bien oxigenada al
tejido medular dañado y una hemodinámica estable, manteniendo una presión de
perfusión medular en límites normales. La recomendación actual en pacientes con
sospecha de LMT es administrar metilprednisolona según el protocolo del estudio
NASCIS II: 30 mg/kg en 15 minutos y, tras una pausa de 45 minutos, se inicia
una perfusión de 5,4 mg/ kg/hora durante las 23 horas siguientes, si se
administra en las primeras 3 horas del traumatismo .No obstante, no es un
estudio exento de controversia, ya que se han descrito graves complicaciones
(hemorragias digestivas altas fatales y mayor incidencia de infecciones) y
estudios posteriores no han encontrado mejoría significativa de las funciones
neurológicas.
Cada
paciente requerirá un tratamiento individualizado en función de su tipo de
lesión, pero la reducción de la columna y la alineación de los fragmentos óseos
debe ser lo más precoz posible, especialmente en los pacientes con déficits
neurológicos.
Siempre
que exista compresión medular, está indicada la descompresión, por lo general
vía anterior. Si no existe lesión neurológica debe realizarse estabilización
quirúrgica de forma urgente (< 48 horas), no como una emergencia. Si existe
déficit neurológico progresivo e incompleto y/o asociado con una luxación
irreductible o lesiones con grave inestabilidad disco-ligamentosa, es precisa
una cirugía de emergencia (< 8 horas).Es importante recordar que las
lesiones asociadas que ponen en peligro la vida tienen prioridad sobre la
lesión raquídea.
Conclusiones
El
traumatismo raquimedular representa en la actualidad un problema de salud
pública, el número de casos que se reporta anualmente va en aumento, las secuelas permanentes representan un shock
emocional y financiero para los pacientes y un problema socio-económico para el
estado, en vista de lo expuesto es de suma importancia para el personal médico
conocer la cascada de eventos fisiopatológicos desencadenados en dicha afección
,estadificar el daño, pudiendo minimizar así el alcance de la injuria, a través
de una adecuada evaluación clínica para establecer un diagnóstico certero e
inclinar el tratamiento en la línea adecuada ya sea la administración de
esquema de metilprednisolona (Nascis II) (actualmente de uso controvertido) o descompresión
quirúrgica de urgencia (en caso de ameritarlo)
El
número de pacientes con secuelas permanentes se mantienen en esa estadística
negativa, el conocimiento de esta patología, diagnóstico y tratamiento adecuado
permite minimizar el daño, si bien el tratamiento posterior al egreso es paliativo
y de manejo de comorbilidades no se descarta que próximamente la ciencia neuroquirúrgica
sea capaz de reparar totalmente una medula espinal.
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